El ajonjolí, o sésamo como también es conocido, se posiciona como una de las semillas más apreciadas y versátiles en la gastronomía mundial. Con sus orígenes que se remontan a Sudán, África, alrededor del año 3500 a.C., esta semilla ha superado las barreras geográficas para convertirse en un elemento esencial en la cocina de diversas culturas alrededor del mundo. Su historia milenaria lo consolida como un componente fundamental que ha enriquecido la tradición culinaria a lo largo de los siglos.
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¿Qué es el ajonjolí y sus orígenes?
El ajonjolí es una pequeña semilla comestible que puede presentar tonalidades blancas, doradas o negras, dependiendo de la variedad. Su sabor suave, dulce y a nuez se intensifica cuando se tuestan, y su versatilidad culinaria lo convierte en un componente esencial en una variedad de platillos. Además de ser utilizado en panes, ensaladas y carnes, igualmente como aceite el cual es apreciado en la cocina asiática por su ligero sabor.
Cultivado inicialmente en Sudán, el ajonjolí se volvió un producto comercializable hacia el 2000 a.C. Su aceite, considerado sagrado en rituales religiosos en India, Japón y Egipto, se propagó por el mundo tras el descubrimiento de América, llegando primero a México y luego a Brasil por los portugueses. En la actualidad, China e India lideran la producción mundial de estas semillas, mientras que en América, Estados Unidos, México, Guatemala, Ecuador y Venezuela son los principales productores.
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Tipos de Ajonjolí
Esta semilla se presenta en diversas variedades, siendo las más comunes el blanco, dorado y negro, cada una con sus características particulares:
- Ajonjolí blanco: con cáscara clara y sabor suave y delicado, son ideales para una amplia variedad de recetas, desde panes hasta postres. Son comúnmente utilizadas en el pan de las hamburguesas.
- Ajonjolí dorado: con una tonalidad más intensa y un sabor más robusto que el sésamo blanco, son perfectas para platos salados como salsas, ensaladas, sopas y cocina asiática.
- Ajonjolí negro: aunque menos popular en la región, estas semillas destacan por su llamativo color negro, aportando un sabor terroso e intenso, especialmente en panes y platillos asiáticos.
Usos culinarios
El ajonjolí, con su versatilidad y sabor distintivo, se despliega en la cocina de tres maneras cautivadoras, añadiendo una dimensión única a la experiencia gastronómica. Desde sus semillas crujientes y tostadas que resplandecen en ensaladas y panes, hasta su transformación en el delicioso arroz blanco con ajonjolí, este ingrediente revela sus múltiples facetas.
- Enriquecer sabor. Con su distintivo toque a frutos secos y un leve dulzor, este realza el sabor de galletas, ensaladas, sopas y platos a la parrilla. Puede usarse entero, molido o tostado, según la preferencia del cocinero.
- Agregar textura. Crudo, tostado o en mezcla, proporciona una textura crujiente en horneados, ensaladas, y como cobertura para carnes y pescados, haciendo que cada bocado sea memorable.
- Toque final de decoración. Además de su sabor y textura, el ajonjolí blanco, dorado o negro añade un atractivo visual a panes y otros platillos, convirtiéndose en un elemento decorativo encantador.
El ajonjolí, con su rica historia y versatilidad culinaria, sigue conquistando paladares en todo el mundo, contribuyendo a la diversidad y delicias de la gastronomía global.
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