Descripción de la receta
El Caldo Gallego es un emblema de la gastronomía de Galicia, en el noroeste de España. Esta receta tradicional se originó en un contexto rural, donde los ingredientes frescos de la huerta y las carnes de cerdo eran accesibles y económicos. Lo que comenzó como un plato humilde, pensado para reconfortar y alimentar a quienes trabajaban en los fríos campos gallegos, se ha convertido en una joya gastronómica que representa la identidad cultural de Galicia.
La receta, aunque sencilla en su preparación, requiere tiempo y paciencia, ya que los ingredientes deben cocer a fuego lento para que los sabores se mezclen de manera equilibrada. Durante generaciones, este plato ha sido transmitido en las familias gallegas, y en muchas celebraciones de invierno es el protagonista indiscutible.
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Caldo Gallego
En sus orígenes, el caldo gallego se preparaba con ingredientes que estaban disponibles en cada temporada. Uno de los ingredientes clave es el «grelos» (hojas de nabo), que tiene un sabor ligeramente amargo y que aporta carácter y autenticidad al plato. Hoy en día, los grelos son un ingrediente icónico del caldo, aunque, en su ausencia, se pueden sustituir con berzas o col rizada. También se incluyen alubias blancas, patatas y carnes como el lacón y el chorizo, que aportan una textura cremosa y un sabor ahumado. El hueso de jamón, por su parte, es otro componente esencial, ya que ayuda a darle cuerpo y profundidad al caldo.
El caldo gallego no solo es una deliciosa sopa, sino también una muestra de la cocina gallega, basada en ingredientes locales y en técnicas de cocción pausadas que permiten destacar cada sabor. En los meses fríos, este caldo se convierte en una excelente opción para combatir las bajas temperaturas y es perfecto para compartir en familia. Si visitas Galicia, degustarlo en un ambiente casero o en un restaurante típico es una experiencia imperdible para conocer de cerca la riqueza de su cocina.
Ingredientes
- 250 g de lacón (jamón salado o panceta)
- 1 chorizo gallego
- 300 g de patatas, peladas y cortadas en cubos
- 150 g de grelos o nabizas (puedes sustituir con col rizada si no encuentras estos ingredientes)
- 1 trozo de hueso de jamón
- 100 g de alubias blancas, remojadas la noche anterior
- 2 litros de agua
- Sal, al gusto
Paso a paso
- Coloca el hueso de jamón, el lacón, y el chorizo en una olla grande con 2 litros de agua. Lleva a ebullición, y luego reduce el fuego. Cocina a fuego lento durante 1 hora para que los sabores se mezclen bien. Ve retirando la espuma que se forme en la superficie.
- Añade las alubias remojadas y cocina por unos 30 minutos o hasta que estén tiernas, revolviendo ocasionalmente.
- Añade las patatas en cubos y cocina durante 20 minutos adicionales, o hasta que las patatas estén tiernas.
- Lava bien los grelos o nabizas y añádelos a la olla. Cocina todo durante otros 15 minutos, o hasta que los grelos estén bien cocidos y tiernos.
- Prueba el caldo y ajusta la sal si es necesario (el lacón y el hueso de jamón suelen ser salados, así que añade sal con precaución).
- Retira el hueso de jamón y el chorizo. Corta el chorizo en rodajas y devuélvelo a la olla para darle presentación. Sirve el caldo caliente en tazones profundos, asegurándote de incluir una buena cantidad de patatas, alubias y grelos en cada porción.