Nuestro país destaca por una amplia biodiversidad de plantas y animales que habitan nuestros ecosistemas. Muchas de las plantas autóctonas de Honduras tienen diferentes funciones, pero destacan las que son comestibles. El chipilín es un ejemplo de ello, esta hierba del occidente de nuestro país aporta muchos nutrientes y es deliciosa en las recetas.
Esta hoja se considera un quelite, palabra del vocablo náhualt quilitl que significa verdura tierna comestible. Es decir, una hierba tierna comestible, de sabor y aroma potentes, y que dominarán las recetas en que los usemos.
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Sabor especial
Con el chipilín se puede cocinar en diferentes platillos, según la región. En Centroamérica son muy populares las sopas con chipilín, sopa de pollo o sopa de res con chipilín, y tamalitos de frijoles y chipilín.
En otras partes hacen el tamal de chipilín relleno de queso, de pollo o de ambos. También se hace un caldo con esta hierba, añadiendo camarón seco y bolas de masa frita. Sus formas de cocinarse son muy variadas, todo depende del país y zona en que se utilice.
¿A qué sabe, entonces? Tiene un sabor herbal muy potente, similar al de la espinaca o los berros, con un aroma igual de característico.
Hierba nutritiva
Este ingrediente tiene muchas propiedades buenas para nuestro organismo. Es una hoja rica en calcio, hierro, tiamina, niacina, riboflavina y ácido ascórbico. Consumirla ayuda a reducir el estrés. Promueve el crecimiento, la reparación de tejidos y la producción de hormonas, enzimas y anticuerpos. Al tener un alto contenido de hierro es importante en la recuperación de pacientes con anemia.
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Es una rica fuente de proteína vegetal, por esa razón muchos platos con chipilín no llevan carne, pues esta hierba aporta los nutrientes necesarios para dar energía. Cuenta con propiedades que ayudan a tratar el dolor y la inflamación.
Esta hierba le da un toque especial a nuestras comidas y nos beneficia mucho a la salud. ¿Qué más se puede pedir?