Descripción de la receta
El mole poblano es una de las joyas culinarias de México, reconocido a nivel mundial por su complejidad y riqueza en sabor. Esta receta tradicional, que combina chiles, especias, nueces y chocolate, tiene raíces profundas en la historia mexicana. Originario de Puebla, el mole poblano fue creado en la época colonial, cuando ingredientes traídos de Europa, como la canela y el clavo, comenzaron a mezclarse con productos nativos como el maíz, los chiles y el cacao, resultando en una salsa espesa y oscura llena de sabores intensos.
Una de las características más distintivas del mole poblano es su preparación meticulosa y cuidadosa. No es un platillo rápido, sino una experiencia en sí misma que toma tiempo y dedicación. La receta tradicional requiere el tostado y remojo de varios tipos de chiles – anchos, mulatos, pasillas y chipotles – que aportan distintos niveles de sabor y picor. Estos se combinan con ingredientes como la tortilla de maíz y el pan, que ayudan a espesar la salsa, mientras que las almendras, nueces y pasas añaden profundidad de sabor.
Mole poblano
El chocolate es otro componente clave en esta receta. Este ingrediente no convierte la salsa en algo dulce, sino que complementa los sabores amargos y especiados, añadiendo un toque de riqueza y suavidad. También se incluyen especias como la canela y el anís, que aportan calidez y complejidad, haciendo de este mole una verdadera sinfonía de sabores.
Servido tradicionalmente sobre pollo o pavo, el mole se acompaña comúnmente con arroz blanco y tortillas. Es un platillo perfecto para celebraciones y festividades, ya que su elaboración cuidadosa y su sabor único lo hacen especial. Además, el mole poblano es uno de esos platillos que mejora con el tiempo, por lo que puedes prepararlo con anticipación y recalentar, permitiendo que los sabores se concentren aún más.
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Ingredientes
- 4 chiles anchos
- 4 chiles mulatos
- 4 chiles pasilla
- 2 chiles chipotles secos
- 1 tortilla de maíz
- 1 rebanada de pan
- 1/2 taza de almendras
- 1/2 taza de nueces
- 1/2 taza de pasas
- 1/4 taza de ajonjolí (sésamo)
- 1 plátano macho maduro
- 1 tablilla (100 g) de chocolate mexicano
- 1/2 cebolla
- 3 dientes de ajo
- 2 jitomates
- 1 raja de canela
- 3 clavos de olor
- 5 pimientas negras enteras
- 1/2 cucharadita de anís
- 1/4 taza de azúcar (opcional, según el dulzor deseado)
- 4 tazas de caldo de pollo (ajustar según consistencia deseada)
- Sal al gusto
- Aceite vegetal para freír
Paso a paso
- Desvena los chiles anchos, mulatos, pasillas y chipotles, quitando las semillas. En una sartén grande, tuéstalos ligeramente a fuego medio sin quemarlos. Esto ayuda a resaltar sus sabores. Remoja los chiles tostados en agua caliente durante 20 minutos para que se suavicen.
- En la misma sartén, añade un poco de aceite y fríe la tortilla de maíz, la rebanada de pan, las almendras, las nueces, las pasas, el ajonjolí, el plátano maduro en rodajas, la cebolla y los ajos. Retíralos y colócalos en un recipiente una vez dorados.
- Asa los jitomates en una sartén o comal hasta que se suavicen y tengan una piel ligeramente quemada. Esto potenciará su sabor en la salsa.
- En una licuadora, coloca los chiles escurridos, las especias (canela, clavos, pimienta y anís), el pan, la tortilla, el plátano, las pasas, los jitomates asados y el ajonjolí. Licúa todo con un poco de caldo de pollo hasta obtener una mezcla suave y homogénea.
- En una cacerola grande, calienta un poco de aceite y vierte la mezcla de la licuadora. Cocina a fuego medio por unos 15-20 minutos, removiendo constantemente para evitar que se pegue.
- Agrega la tablilla de chocolate mexicano y sigue moviendo hasta que se derrita por completo. Añade el caldo de pollo poco a poco hasta obtener la consistencia deseada. Cocina a fuego lento por aproximadamente 1 hora, revolviendo ocasionalmente.
- Prueba el mole y ajusta con sal y azúcar si lo deseas más dulce. Continúa cocinando hasta que el aceite suba a la superficie y la salsa tenga un sabor concentrado y bien integrado.
- Sirve el mole caliente sobre piezas de pollo o pavo, decorando con un poco de ajonjolí tostado. Acompaña con arroz blanco o tortillas de maíz.