1. Lavar las frutas antes de almacenar
Es recomendable lavarlas ya que algunas contienen restos de tierra o microbios que perjudica su calidad. Las cuales seguramente luego de lavarlas utilizas el método de conversación más tradicional, que es congelar. Es una de las técnicas más simple y rápida porque no requiere demasiado esfuerzo, pero debes de recordar que no debes de introducirlas húmedas o mojadas porque aceleraría su deterioro.
Lo mismo sucede si queremos introducirlas cortadas, el deterioro se precipitaría con la oxidación del alimento. Existe un truco que consiste rociar los trozos partidos con limón, un potente antioxidante natural y guardarlos en una bolsa hermética para que se conserven bien.
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