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Cada smoothie en su punto
Si estás improvisando un nuevo smoothie sin seguir ninguna receta específica, ten cuidado con las cantidades. Empieza echando menos cantidad de los ingredientes líquidos como la leche o el agua. Siempre te será más fácil corregir la textura, añadiendo un poco de líquido al final.
Recuerda que no buscamos un puré, buscamos un batido helado, muy frío, pero que siga siendo bebible en todo momento. De igual manera tampoco queremos un jugo extremadamente líquido. Juega con el líquido base hasta encontrar el punto perfecto para tu batido.
Se supone que la característica principal de un smoothie es precisamente que sea «smooth», esto quiere decir que tengan una consistencia suave y sin grumos, y también un poco espesa y cremosa. Así que, si sientes que tu smoothie quedó muy pastoso, añade un poco más de líquido; si sientes que quedó demasiado líquido en vez de cremoso, añade un poco de plátano, yogurt o aguacate.
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