Evita la combinación de grasas y azúcares, porque activa nuestro sistema de placer y recompensa, y hará que queramos más. Los panes, las galletas, los productos salados o fritos, los precocinados, etc, son muy habituales en las cafeterías de los centros de trabajo, aportan muchas calorías en poco volumen y aumentan la sensación del hambre emocional.
Por Chef Carlos Espinal
Por Chef Laura Morales
Por Chef Carlos Espinal