Descripción de la receta
La pizza parma es una de las favoritas por la frescura de sus ingredientes. Pues a diferencia de las otras, primero se debe hornear la base con la salsa y el queso, para luego agregar el toque de arúgula y prosciutto. Sin duda que cada uno de sus componentes hacen de esta preparación un platillo de expertos.
Para maridaje de esta preparación en específica, te recomendamos un vino blanco que conjuga de manera ideal con la albahaca con la nota herbal del vino, logrando gran frescura y equilibrio en el paladar. Esta opción será perfecta para una romántica noche con una pizza artesanal, pero de toque gourmet.
Ingredientes
- 3¾ tazas de harina
- 2 cucharaditas de sal
- ¼ cucharadita de levadura
- 1½ tazas de agua tibia
- 2 cucharadas de salsa de tomate
- ¼ libra de quesillo cortado en cubos
- 8 hojas del albahaca fresca
- cantidad necesaria de aceite de oliva extra virgen
- ¼ taza de arúgula
- 3 lascas de prosciutto
Paso a paso
- Mezclar en un tazón la harina, sal y levadura. Agregar el agua y mezclar muy bien hasta obtener una sola masa.
- Colocar la masa en otro recipiente, tapar con papel plástico y dejar reposar por 12 horas. Pasado este tiempo, dividir la masa en 4 porciones iguales y dejar en reposo al menos por 1 hora
- Rociar un puño de harina sobre una base plana, tomar una de las 4 porciones y estirar la masa con las manos o con la ayuda de un rodillo, voltear la masa y seguir estirando hasta lograr el tamaño deseado.
- Estirar la masa, colocarla en una bandeja para hornear sin engrasar. Cubrir la masa con la salsa de tomate y los cubos de quesillo. Colocar las hojas de albahaca fresca y rociar un chorrito de aceite de oliva.
- Llevar la pizza al horno previamente calentado a temperatura máxima por unos 10 minutos.
- Al retirar la pizza del horno cubrirla con la arúgula y encima las lascas de prosciutto. Servir inmediatamente.