El Gratinado de albóndigas y queso se pueden servir como entrada o plato principal. Son fáciles de hacer y requieren solo unos pocos ingredientes.
Video: ¿Cómo hacer gratinado de albóndigas y queso?
La salsa para gratinar brinda profundidad de sabor y realza el sabor general de las albóndigas. Estas deliciosas bolas también se pueden servir con arroz o pasta, lo que las convierte en opciones perfectas para una comida especial.
Las albóndigas gratinadas con queso es un plato clásico que se disfruta desde hace siglos. Se desconocen los orígenes de esta receta, pero se cree que se originó en la región de los Alpes.
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Las albóndigas gratinadas son un plato compuesto por albóndigas, normalmente de patata, y en ocasiones de pan rallado, y normalmente rodeadas de una salsa o nata. La salsa puede ser simple, como la salsa bearnesa, o más compleja, con ingredientes como el coñac y el romero.
Las albóndigas gratinadas se pueden servir como una guarnición. A menudo se sirven con una salsa simple o compleja. Son un buen plato para servir cuando los invitados vienen a cenar, ya que se pueden preparar con anticipación y luego simplemente calentarse antes de servir. Las albóndigas también se pueden congelar y recalentar más tarde. Las albóndigas son versátiles, se pueden hacer de varias maneras y se pueden servir frías o a temperatura ambiente.
Historia de gratinado de albóndigas
Las albóndigas gratinadas son un plato francés, probablemente originario de Lyon. El plato fue popularizado en los Estados Unidos en la década de 1930 por Julia Child, con su programa de televisión The French Chef. Child fue una pionera de la cocina francesa y sus recetas reflejan la versión destacada de la cocina francesa que estaba surgiendo a finales de los años cuarenta y cincuenta.